Hoy día 12 de diciembre Max Verstappen conseguía el sueño de ganar un campeonato,¨for the first time ever you are champion of the world…¨

Diciembre… era diciembre aquella tarde. Todos estabamos en vilo porque creíamos que no lo conseguiría, pero llegó Latifi… Safety Car en pista, radios y un heptacampeón listo para ser derrotado por un joven holandés, llamado Max Verstappen.

Tras una larga temporada de batallas, accidentes entre estos dos campeones y un sinfín de bailes que nos demostraron en pista, llegabamos a la última carrera un poco accidentados por la carrera anterior. Estaban empatados a puntos.

La pole la consiguió Verstappen y eso le daría una ventaja en el ritmo de carrera. La salida fue limpia aunque Max quería ser el protagonista de la historia y atacó a Hamilton, que le había adelantado en la salida. En una de las curvas del trazado de Yas Marina, el holandés consiguió sacar al inglés de la pista, colocándose en la primera posición de carrera, pero Lewis ganó unos segundos cruzando las escapatorias y se colocó primero lejos de Max.

Pérez defendió como si la vida le fuera en ello manteniendo la primera posición para que Verstappen se acercara a Hamilton. Cuando el holandés se quedó detrás del heptacampeón, le dedicó estas palabras a su compañero: ¨Ahhh Checo is a legend¨. Hamilton lideraba la carrera pero un tal Latifi cometió un error y se fue directo al muro. Dos posibilidades, solo dos opciones que decidirían el mundial: la carrera terminaba tras el SC y ganaba Hamilton o atacaba Max en la última vuelta y entraba en el olimpo soñado por los privilegiados que alcanzan la F1.

Un sueño hecho realidad

La suerte estaba echada, dos posibles campeones, una sola vuelta, todo el trabajo de la temporada se lo tenía que llevar uno, un campeón de corazón y con una mente ganadora desde que su padre lo aupaba para montarse en un coche. SC dentro y pista libre para luchar como autenticos depredadores y así lo hicieron. Hamilton no relanzaba la carrera y Max se asomaba cada vez más… El inglés se vió obligado a relanzar la carrera porque podía perder la primera posición. Los coches no daban a más porque lo estaban dando todo…

Y llegó… Verstappen adelantó a Lewis Hamilton en la curva 5. Era muy complicado que pasara pero pasó. Todos gritamos, lloramos, o de alegría o de tristeza, pero era pronto para celebrar, la meta parecía más lejos que nunca, pero la ilusión de ese pequeño león que entrenó su padre no la pudo superar nadie, ni un heptacampeón.

Soñamos, soñamos juntos y ahora cada vez que escuchamos,¨for the first time ever you are champion of the world…¨ volvemos a ese momento que tanta F1 nos dio, esa emoción y todos esos días posteriores recordando el sabor de la gloria.

Ahora ese león tan pequeño se ha convertido en uno de los grandes pilotos que tenemos en la F1 actual junto con Alonso y Hamilton. Max Verstappen consiguió tener el mundo en sus manos, esas manos que demostraron que para cumplir un sueño primero hay que esforzarse. Hoy recordamos este día porque nuestro pequeño león se ha convertido en el más poderoso de la manada, rompiendo los cronómetros y demostrando que los parámetros son solo números. Ganando carreras y llevándose el campeonato de piloto.

El bicampeón sigue siendo aquel Verstappen que con el cariño de su padre, creció entre motores, neumáticos y el olor a gasolina del que se enamoró al entar en la academia Red Bull.